Es importante tenerlo en condiciones para estar bien dentro del vehículo y para evitar diferentes problemas que puedan ser contratiempos inesperados.
Hoy te recomendamos que cuides el sistema de climatización de coche y lo mantengas en perfectas condiciones para evitar tener problemas.
¿Que fallos puede ocasionar tenerlo en malas condiciones?
Algunos fallos pueden ser:
- Aumento del consumo de tu coche
- Aparición de malos olores en el interior a causa de bacterias y microorganismos que contaminan el aire.
- Mala salida de temperatura, que se traduce en un menor confort cuando hace calor, pues el aire acondicionado del coche no enfría lo suficiente o la calefacción no calienta lo suficiente.
- En invierno, mal desempañamiento de cristales con las consequiencias que pueda tener en cuanto a seguridad.
- Aparición de averías que pueden convertirse en costosas, como el compresor, por ejemplo.
No debes confundir entre un aire acondicionado y un sistema de climatización, ya que su funcionamiento no es lo mismo. El aire acondicionado expulsa el aire a la temperatura indicada, a diferencia del climatizador, que mantendrá, a través de un sensor, una temperatura constante dentro del habitáculo.
¿Cuáles son los componentes del sistema de climatización?
A continuación te detallamos estos elementos:
- Compresor. Este sistema funciona con un gas refrigerante, siendo el compresor la pieza encargada de hacer circular este gas a través del circuito de climatización y subir su presión donde sea necesario.
- Deshidratador. Esta parte protege al compresor, evita daños y corrosiones por las humedades. Normalmente a los 4 años de debe cambiar.
- Condensador. Encargado de transformar el estado del refrigerante de gaseoso a líquido, asegura una correcta condensación del refrigerante.
- Válvula de expansión. Vuelve a transformar el refrigerante en su forma original de gas a baja temperatura.
- Evaporador. Absorbe el aire del exterior y lo enfría para introducirlo en el interior.
- Aireador. Gracias a él se distribuye el aire refrigerado por todo el interior del vehículo.
- Filtro de habitáculo. Evita que respiremos partículas de aire cargadas con polen, gérmenes, polvo o polución. Lo debes sustituir cada 15.000 km o 1 año.