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Los mejores consejos para evitar problemas con el embrague de tu vehículo

Este elemento está realmente sometido a un gran estrés de funcionamiento que, sumado a un desembrague inadecuado, al paro continuo o a un constante cambio de marchas (especialmente en las ciudades), provoque que acabe desgastándose y también fallos mecánicos.

Por nuestra dilatada experiencia en el sector de la mecánica, y como consecuencia del automatismo inconsciente con el que conducimos, somos conscientes que el embrague de los vehículos es un sistema que provoca numerosos problemas que derivan en visitas a nuestro taller en Monzón.

Para crear una mayor consciencia al respecto, explicaremos algunos de los problemas con el embrague, además de detallar y explicar su funcionamiento.

El embrague, pieza fundamental para transferir la fuerza del motor a las ruedas

Con la finalidad que las ruedas del vehículo funcionen correctamente debe de existir una fuerza que se aplique sobre ellas. En definitiva, un sistema que aplique esta fuerza, proveniente del motor hacia a la transmisión y caja de cambios, responsable a su vez de la rotación de las ruedas. El encargado final de esta función es el embrague, el cual logra que la fuerza del motor se traslade a las ruedas, liberando más fuerza, pero también reduciéndola si resulta necesario.

La misión del embrague recae en de acoplar, o desacoplar, el movimiento del motor con el de las ruedas gracias al cambio de marchas. Manualmente, se puede separar unas veces, y unir el giro del motor del vehículo otras, siempre hacia la transmisión, liberando así el movimiento hacia las ruedas.

Disponemos de 3 posiciones en el embrague que dependerán de la posición del pedal

#1. Desembrague.

Es el momento en que el pedal está pisado, por lo que no existe transmisión de fuerza hacia las ruedas. En dicha posición realizamos el cambio de marcha en la palanca.

#2. Transición.

Se trata de la posición más delicada porque es sinónimo de acople. Con el fin de evitar tensiones y fricciones que habitualmente producen mucho desgaste, desde Talleres Murillo recomendamos a nuestros clientes que se acostumbren a soltar de forma progresiva el pedal. De esta forma cualquier conductor evita un acoplamiento brusco capaz de dañar el motor o la caja de cambios de su vehículo.

#3. Embrague.

Una vez el pedal se suelta y ya se ha hecho el acople, el embrague conecta el motor con la caja de cambios. Como consecuencia, las ruedas girarán dependiendo de la marcha seleccionada.

El embrague duro, equivalente a futura avería

Una de las consultas más habituales que recibimos en nuestro taller se refiere a la sensación que tienen los conductores de que repente están pisando un embrague demasiado duro. Cuando al pisar el pedal notamos que tenemos que hacer más fuerza de lo habitual decimos que el embrague va duro y sin duda es un signo de problema. Llegado este caso, recomendamos a nuestros clientes que nos permitan revisar de forma urgente su funcionamiento y así evitar males mayores.

El desembrague en las ciudades: una conducción que provoca mucho desgaste

Como hemos citado, el desembrague es uno de los momentos en que se produce mayor tensión en el embrague. Especialmente al circular por las ciudades, cuando se está parado y arrancando de forma muy continua por culpa de los semáforos, estos movimientos provocan que el embrague quede sometido a una gran fatiga, desgastando mucho más el sistema. Como en cualquier procedimiento, y con el objetivo de sortear fallos mecánicos como por ejemplo los relacionados con el embrague, te recomendamos realizar completas revisiones de mantenimiento, que no las descuides y que las mantengas siempre al día.